«La costura es una manera de hacer el mundo materialmente más bello»
Fotos: RTVE
Si la elegancia, el respeto y la timidez se unieran para formar un ser humano, muy probablemente dieran lugar a alguien muy parecido a Ancor. Un licenciado en Bellas Artes que llegó al casting de `Maestros de la Costura 4´ empujado por una esposa que creía mucho más en su talento de lo que él nunca se había permitido. Una decisión providencial, puesto que este valenciano padre de un niño de dos añitos se alzó con el cuarto maniquí de oro del talent show de RTVE. Un camino hacia el triunfo de este amante del estilo de los años 50 que encontró lleno de piedras que logró apartar: una expulsión temprana, la lucha contra la falta de autoestima y un perfeccionismo que le atenazó ante cada pequeño error en unas prendas que contaron, casi siempre, con la unánime aprobación del jurado del programa. La senda no fue fácil, pero, al otro lado del arcoíris, Ancor pudo encontrar el cofre de su tesoro.
LA VOZ DE LAS COSTURERAS: ¡Enhorabuena por tu triunfo! ¿Cómo se siente un ganador de un programa al que quisieron acceder más de 14.000 personas?
ANCOR: Para mí, el sueño es haber sido una de las más de 14.000 personas que se presentaron al casting. Tan solo haber formado parte del programa y poder haber aprendido tanto ya es un regalo.
L.V.C.: ¿Le podrías contar a las personas que leen La Voz de las Costureras la historia que hay detrás del conjunto que diseñaste para la final?
A.: Detrás del conjunto que diseñé para la final del programa hay una pasión por la moda.
L.V.C.: Ana, tu esposa, fue la que te apuntó al programa. Según comentó en el programa, ella quería de esa forma ayudarte a que tú te creyeras el valor que ella ve en ti. ¿Te ha servido este triunfo para ganar esta autoestima que tu mujer quería ayudarte a ganar?
A.: Doy gracias cada día de mi vida a mi mujer, por haberme apuntado al casting de Maestros de la Costura y por haberme animado a seguir adelante. Yo siempre he carecido de autoestima y he sido incapaz de ver el valor que había en mí, llegando a negarme a hacer trabajos o encargos a conocidos, ya que siempre he pensado que no valía para ello. Ahora me he encontrado a mí mismo y sé lo que tengo y a lo que quiero llegar, que es aprender más y más y ser un grande de la moda.
L.V.C.: El estilo de los años 50 es tu sello. ¿Cómo surgió esta querencia por este estilo? ¿Tienes alguna musa que te inspire?
A.: Mi mujer es fanática del cine de los años 50. Fue todo un descubrimiento toda esa estética y lo favorecedora que se veía la gente en esa década. Era muy inspirador ver todas esas prendas con esos colores, que esculpían el cuerpo de las actrices. Estas prendas llegaban a ser un personaje más de la escena. Actrices como Marilyn Monroe, Grace Kelly, Audrey Hepburn, Doris Day o diseñadoras de vestuario como Edith Head me cautivaron.
L.V.C.: Además de modista eres profesor de arte. ¿Qué hay en tu estilo y en tu forma de abordar la confección de tu formación plástica?
A.: Siempre he dicho que las artes llaman a las artes y una prenda de vestir, al fin y al cabo, es una escultura hecha a partir de tejido. Recuerdo que, cuando estudiaba a artistas ilustradores de los años 50 como Gil Elvgren, las ilustraciones de Pin-Ups con vestidos preciosos me cautivaron.
L.V.C.: ¿Cómo te gustaría enfocar su carrera profesional a partir de ahora? ¿Tienes pensado crear tu propia línea de moda?
A.: Mi sueño es montar mi propio atelier y vestir a medida a clientas para eventos. No quiero centrarme en el prêt à porter pues personalmente siento que tiene unos problemas de base. Ocurre muchas veces que los cuerpos no encajan con las tallas estándares y luego requieren de arreglos.
L.V.C.: ¿Cómo empezaste a coser?
A.: Todo comenzó cuando compré en el rastro de Valencia un ejemplar de la revista ‘El Hogar y la Moda’ del año 59, en el que en la portada te indicaba que en el interior de la revista estaba el patrón para hacerte “usted misma” el vestido de boda de vichy rosa y blanco de Brigitte Bardot. Lo vi claro y pensé que era mi oportunidad para hacerle ese precioso vestido a mi mujer. Posteriormente le pedí a mi abuela que me ayudase a entender su máquina de coser a pedal para poder confeccionarlo. El resultado fue un desastre, pero no me impidió ambicionar a mejorar.
L.V.C.: ¿Qué significa para tí la costura?
A.: Para mí, la costura es la oportunidad que tengo de hacer realidad las prendas que tengo en mi mente y poder vestirlas hasta ahora tanto yo como mi mujer. Es la oportunidad que tenemos de vestir como actores de Hollywood y caminar por una alfombra roja que bien puede ser un evento como una boda. Para mí es una manera de hacer el mundo materialmente más bello.
L.V.C.: ¿Tienes alguna anécdota divertida relativa a tu aprendizaje en costura?
A.: Tengo cientos de anécdotas divertidas respecto a mi aprendizaje de la costura. Yo siempre me tomo las cosas con humor y más en mi etapa autodidacta. Era capaz de fundir un escote con la plancha una vez terminado el vestido y tener que recortar cientos de flores de tela y coserlas al escote para disimular el desastre.
L.V.C.: ¿Cuáles son tus mayores fuentes de inspiración en tu proceso creativo?
A.: Mis principales fuentes de inspiración a la hora de crear mis prendas son los maravillosos vestidos hollywoodienses de los años 50, mi colección privada de ropa original de esta década, mis maniquíes originales y todas las revistas de moda llenas de figurines.
L.V.C.: ¿Cómo te gustaría definir tu estilo? ¿Y a ti mismo?
A.: Mi estilo es fresco y brillante, estiloso y estilizador, que esculpe la figura de la mujer y la favorece.
A mí mismo me defino como una persona que tiene una necesidad constante de crear y hacer el mundo más bello. Soy muy sencillo y perfeccionista. Necesito que el trabajo sea perfecto. Por otra parte necesito rodearme de piezas que me inspiren.
L.V.C.: ¿Con qué te quedas de tu paso por el concurso? ¿Qué aprendizajes técnicos y personales te llevas?
A.: Yo me quedo con toda la experiencia en general. Ha sido un regalo y sigo a fecha de hoy sin creerme que haya sido real. Nunca olvidaré los paneles del fondo del plató abriéndose y apareciendo Raquel Sánchez Silva detrás del abanico de plumas rosas. Fue impactante. No me creo haber tenido esta suerte.
He aprendido a organizarme el tiempo de una manera asombrosa. En las pruebas teníamos muy poco tiempo y tenía que organizarme lo mejor posible para poder ambicionar acabados lo más decentes posible.
En lo personal me llevo el haberme encontrado a mí mismo al recuperar mi autoestima perdida.
L.V.C.: ¿Cómo te gustaría ser recordado tras tu paso por el programa?
A.: Me gustaría ser recordado como el chico que disfrutó muchísimo del programa y que lo máximo a lo que ambicionaba era poder seguir disfrutando de las pruebas una y una vez más.
L.V.C.: ¿Crees que Maestros de la Costura servirá para poner en valor la artesanía en la costura?
A.: Desde luego. Aunque no deja de ser un programa de televisión es un escaparate para la costura, el diseño, el arte y el estilo. Gracias a Maestros de la Costura creo que mucha gente se atreverá a dar el primer paso en el mundo de la costura, y eso es maravilloso.