«No hay cosa más bonita y necesaria que ser uno mismo»
Foto: Rtve
Andrea `La Brava´ entró en Maestros de la Costura 3 como una «guerrera divertida y con carácter» cuya energía y determinación la llevaron a permanecer hasta la novena gala del concurso. Inconformista, salvaje, valiente, libre, sensible, pasional… son muchos los adjetivos con los que se describe una concursante que empezó a coser a los seis años y que entró en el programa de RTVE casi a regañadientes, aunque la ilusión por su participación creciera y se consolidara durante el proceso de selección. Admiradora del trabajo de diseñadores como Alexander McQueen, María Escoté y Alejandro Palomo, esta madrileña de 31 años quiere sacar adelante `Todo Brava´, una marca en la que tejido y ser humano se fundan en uno solo. Un estilo en el que cabe todo aquel que, independientemente de su edad y circunstancias, quiera expresar con su ropa aquello que le define.
LA VOZ DE LAS COSTURERAS: “Todo Brava”… ¿será tan punkie como promete?
ANDREA: No sé si será punkie, pero lo que sí te garantizo es que tendrá energía, fuerza y personalidad.
L.V.C.: Comentas en tu presentación que la marca en la que trabajas quiere ir más allá de la moda, crear una forma de expresión del arte en todos los sentidos. ¿Qué te gustaría expresar gracias a tus creaciones? ¿Qué mensaje lanzaría?
A.: Principalmente, lo que pretendo es que mi ropa sea parte de la personalidad de quien la lleva. Potenciar su lenguaje no verbal. Crear una piel. Un vínculo emocional entre quien la lleva y yo a través de la prenda.
Si tuviera que mandar un mensaje seria que hay que vestir como uno es, cómo uno se siente y no parecerse a nadie.
No hay cosa más bonita y necesaria que ser uno mismo.
L.V.C.: ¿A qué público te gustaría dirigirte con tus creaciones?
A.: ¡¡¡A todo el mundo!!! Hombres, mujeres, niños y de cualquier edad.
L.V.C.: ¿En qué te inspiras para diseñar?
A.: La pregunta sería qué no me inspira. Cualquier cosa puede emocionarme y hacerme pensar en diseños, colores, formas, texturas… Desde una canción hasta un poema, un bar, un pájaro o el silencio.
L.V.C.: Si hubieras podido vestir a Tino Casal, ¿cómo hubiera el conjunto que le hubieras confeccionado?
A.: Le hubiera hecho una gabardina con grandes volúmenes, mezclando texturas, combinado colores como verde y morado, añadiéndole complementos más punk-rock, como cadenas, pinchos, encajes pero con un aire glam… Describirlo es más difícil que pensarlo.
L.V.C.: Si Lady Gaga te pidiera un conjunto, ¿qué te gustaría crear para ella?
A.: Un traje de flamenca, sin duda.
L.V.C.: ¿Te sientes más costurera o más diseñadora?
A.: Me siento aprendiz de las dos cosas. Le tengo muchísimo respeto a la profesión.
L.V.C.: Muchas de las personas que cosen lo hacen porque tienen una relación emocional con la costura debido a la contemplación de una madre o una abuela fabricando prendas para toda la familia. ¿Qué significa para ti la costura?
A.: Para mí, la costura significó mi salvación. Es mi manera de expresarme, de poder materializar lo que siento, tanto la alegría y la felicidad como la pena o la desidia. Puedo plasmar de forma tangible todos mis aspectos creativos y siento mucho orgullo cuando termino cada prenda.
L.V.C.: ¿Tienes alguna anécdota divertida relativa a tu aprendizaje en costura?
A.: En los desfiles que participo, mis modelos suelen salir descalzos y bailando música calipso (Harry Belafonte por ejemplo) y siempre salgo yo a bailar con ellos. Una vez hicimos una conga con el público y, otra vez, los modelos me llevaron en la sillita la reina. También, suelo sacar pancartas reivindicadoras de carácter social.
L.V.C.: ¿Cuáles son tus mayores fuentes de inspiración en tu proceso creativo?
A.: La música, el cine y la pintura.
L.V.C.: ¿Cómo te gustaría definir tu estilo? ¿Y a ti misma?
A.: Yo creo que brava es la palabra perfecta. Es como el resultado de mezclar ecléctica, sensible, pasional, atrevida, fuerte, valiente, libre, divertida, guerrera, tierna, inconformista y salvaje.
L.V.C.: ¿Con qué te quedas de tu paso por el concurso? ¿Qué aprendizajes técnicos y personales te llevas?
A.: Me quedo con todo. Sobre todo, con las emociones que han sido muchas y muy extremas. También el aprendizaje técnico. Puedo decir que me llevo el trabajo en equipo y, en cuanto a cosas personales, la superación en muchos sentidos.
L.V.C.: ¿Cómo supiste de Maestros de la Costura? ¿Cómo te animaste a participar en el programa? ¿Qué recuerdas del proceso de selección?
A.: Pues me obligaron a presentarme, ya que yo no tenía intención de hacerlo. Y ya ves… De los casting recuerdo que estaba todo el mundo muy ansioso, muchos nervios, mucha ilusión, yo quería que no me cogieran de primeras. Cuando pasé la primera prueba, algo en mi empezó a cambiar. Me fui contagiando de esa ilusión de los demás y a proyectarla sin darme cuenta. Al final, me sentí muy feliz de entrar.
L.V.C.: ¿Cómo te gustaría ser recordada tras tu paso por el programa?
A.: Con alegría, porque aparte de ir a aprender, fui a disfrutar y a pasármelo bien. Así que quiero que me recuerden como una luchadora, una guerrera divertida y con carácter.
L.V.C.: En mi página trato dar a conocer el valor del trabajo de costureras, modistas, tejedoras… al escribir un periódico digital especializado en su trabajo, sus vivencias y sus recuerdos. ¿Crees que Maestros de la Costura servirá para poner en valor la artesanía en la costura?
A.: Creo que, en realidad, lo que hace es acercar el mundo de la moda desde el lugar más básico y necesario, que es la confección. Mostrar el trabajo que hay detrás de cada prenda y que se valore como tal.
L.V.C.: Una vez fuera del concurso, ¿cómo te gustaría que se desarrollara tu carrera profesional?
A.: Me gustaría tener más visibilidad para poder crecer y que el braverío llegue a más personas.
Evolucionar y mejorar mis diseños, poder ofrecer un producto que represente a todo el mundo. Y yo crecer a la vez como profesional.