«Creo que el programa acerca a la gente a una disciplina milenaria, y nos hace conscientes de su dificultad»

Fotos: RTVE

Sus altibajos con el jurado no impidieron a Gabriel alzarse como cuarto finalista de la cuarta edición `Maestros de la Costura´, así como terminar su participación en el concurso con un trabajo muy bien valorado por todos. Una gran traca final para un aprendiz que quedó a las puertas de su entrada en la edición anterior y que ya cuenta con su propia línea de camisas unisex que puede encontrarse en su web, www.gabrielcortes.es.  Fan incondicional del programa, este psicólogo merideño de 33 años comenzó en la costura confeccionando camisetas de espalda olímpica para sus sesiones de entrenamiento, a las cuales añadía el mismo logo que ahora luce su marca comercial. Gabriel entró en el programa con un divorcio pendiente, y a pesar de su situación personal, supo sacar fuerza de flaqueza y mantenerse programa tras programa.

LA VOZ DE LAS COSTURERAS: Después de altibajos con el jurado a lo largo del programa pudiste dejar el listón bien alto gracias a tu reproducción del vestido de novia que la diseñadora y jurado María Escoté creó ex profeso para la última gala de la cuarta temporada. ¿Cómo se siente uno tras recibir tanta aprobación por parte de un jurado tan exigente?

GABRIEL: Me sentí finalmente reconocido, aunque llevaba un historial previo que hacía que sintiese bastante indefensión. Creo que lo admirable de mi trabajo final no fue tanto la prenda en sí, sino la capacidad que tuve para mirar hacia delante y despojarme de todo lo anterior.

L.V.C.: Entraste al programa en un momento personal difícil, con un divorcio pendiente. ¿Ha influido tu estado de ánimo en los altibajos creativos que te achacó el jurado durante el programa?

G.: Creo que mis altibajos creativos estaban más provocados por las valoraciones del jurado que por mi situación personal, ya que tengo buena capacidad de abstracción.

L.V.C.: ¿Qué te hubiera gustado confeccionar y no tuviste ocasión?

G.: Me hubiese gustado confeccionar un traje de baile de competición femenino. Son trajes muy creativos que te dan la oportunidad de usar materiales elásticos, transparencias y pasamanería como brillantes, flecos, etc.

L.V.C.: ¿Te animarás, después de esta experiencia, al mundo del diseño de moda?

G.: Bueno, actualmente he diseñado una colección de camisas que se pueden ver en www.gabrielcortes.es y que ha confeccionado uno de los mejores talleres de camisería de España, con la que trabajan otras grandes firmas. Por lo que respecto a eso estoy muy contento. Son camisas estampadas que dan la oportunidad de ponerse con un vaquero o con un traje de chaqueta y que, aunque son de caballero, he visto como mi hermana las transforma con un nudo delante o un cinturón y queda impresionante, por lo que creo que son bastante unisex.

L.V.C.: ¿Cuál es el estilo que te define y que defiendes?

G.: No me define un solo estilo. Visto según la ocasión. Cuando trabajo soy muy sobrio, me gustan los blazers y los pantalones de pinza de tiro alto, siempre con formas entalladas. Cuando salgo de fiesta soy mucho más moderno, uso monos enteros de tipo militar, pantalones de colores o incluso alguna transparencia, y cuando entreno me gusta el negro. Lo que sí defiendo y defenderé es que, al margen de tu estilo, lleves prendas que te favorezcan. Hay gente que comete el error de llevar prendas que están de moda pero que no les favorecen. Defiendo también el colorido y la originalidad de cada uno, que todos podamos expresar y comunicar a través de la vestimenta.

L.V.C.: ¿Cómo empezaste a coser?

G.: Empecé a coser porque no encontraba camisetas de espalda olímpica para entrenar en el gimnasio y decidí iniciarme en la costura para hacérmelas yo mismo y plasmar mi logo, el cual mantengo.

L.V.C.: ¿Qué significa para ti la costura?

G.: La costura para mí es artesanía, arte, paciencia y creatividad.

L.V.C.: ¿Tienes alguna anécdota divertida relativa a tu aprendizaje en costura?

G.: Cuando empecé a hacer mallas de deporte, quise combinar el patrón de mallas con el patrón de la huevera del calzoncillo. Resultó una combinación horrible.

L.V.C.: ¿Cuáles son tus mayores fuentes de inspiración en tu proceso creativo?

G.: Mi inspiración, sobre todo, son los materiales y los colores. Me cuesta mucho confeccionar algo con un tejido que no me gusta, que no me representa. Mi inspiración la baso en aquello que considero que la prenda quiere transmitir, como, por ejemplo, sensualidad, empoderamiento, sobriedad o elegancia, por lo que algo muy inspirador es la actitud.

L.V.C.: ¿Cómo te gustaría definir tu estilo? ¿Y a ti mismo?

G.: Me gusta definirme como “sobrio-contemporáneo”. Pero sobre todo lo que me gusta es la armonía, que es la base de la belleza. El equilibrio. No me gusta nada la ropa “naif” u hortera o los estampados que apagan como algunos estampados de flores secas o algo así.

L.V.C.: ¿Con qué te quedas de tu paso por el concurso? ¿Qué aprendizajes técnicos y personales te llevas?

G.: Bueno, aprendizajes técnicos me llevo bastantes, sobre todo, por parte de mis compañeros, ya que era una actividad que había ejercido en soledad y de manera autodidacta y tener la oportunidad de coser con más gente me permitió aprender cosas nuevas. Por ejemplo, aprendí a hacer pantalones gracias a Javi y Yelimar.

En relación con el aprendizaje personal, muchos. Creo que puse en práctica no solo la paciencia sino la autorregulación. No imaginaba que tuviese tanta capacidad de aguante y tanta tolerancia al estrés y a la presión.

L.V.C.: ¿Cómo te gustaría ser recordado tras tu paso por el programa?

G.: Me gustaría ser recordado como una persona que arriesgó y que sufrió una evolución positiva. Hay gente que se fue con el mismo nivel con el que entró, porque eran muy profesionales, en mi caso hubo una evolución. También me gustaría que la gente fuese consciente de lo difícil que lo tuve y la fortaleza mental que demostré.

L.V.C.: ¿Crees que Maestros de la Costura servirá para poner en valor la artesanía en la costura?

G.: Absolutamente. Creo que el programa acerca a la gente a una disciplina milenaria y nos hace conscientes de su dificultad. Compramos y usamos ropa todos los días de nuestra vida, pero no solemos reparar en cómo está hecha, cuántas horas se han necesitado para ser acabada, cuánto ha cobrado la persona que la ha hecho, qué material es etc. El hecho de llevar todos los días ropa hace pensar a la gente que sabe sobre confección, pero la verdad es que comer todos los días no te hace experto gastronómico.