Kimo-kap confecciona gorros para regalar a niños oncológicos
Entrevistas

Kimo-Kap Zaragoza-Huesca

Un yelmo de colores para los pequeños guerreros contra el cáncer

Fotos de la galería e interiores: Noemi Martínez Pérez.

Los pequeños guerreros de la lucha contra el cáncer cuentan desde hace tres años con los «kimos», un aliado su batalla elaborado para ellos por los voluntarios de la asociación Kimo-Kap. Un proyecto solidario dirigido a la «confección de gorros-bandanas para regalar a los niños y niñas oncológicos, que necesitan cubrir sus cabezas para protegerlas de los rayos del sol y del frío», explican desde la asociación.

La iniciativa, que surgió en Madrid en el año 2014 de la mano de Jeanne De Montluzin Rieche, llegó hace dos años y medio a Zaragoza y Huesca, explica la actual delegada, Nieves Martínez. «Yo estoy en varios grupos de punto de cruz, y tanto en el grupo  “Encantadas” como el de “Bordando juntos” se colabora con Kimo-Kap. Yo conocí el proyecto a través de Bordando Juntos», explica Martínez, aunque sería durante a la visita al stand que el proyecto habilitó en la Feria Creativa Madrid cuando decidió dar el paso para unirse al proyecto.

Lo cierto es que la colaboración de los mencionados foros de punto de cruz sirvió para da impulso a la delegación aragonesa de Kimo-Kap. «En Bordando Juntos bordamos una funda nórdica de 10 corazones que fue donada a Kimo-Kap. Se hizo un sorteo, se entregó en la feria Creativa de Zaragoza de este año», recuerda Nieves.

Esta presencia en la Feria Creativa de Zaragoza ha sido otro punto de inflexión para el desarrollo de la asociación. La visibilidad que ofrece un evento de este tipo les ha servido para atraer a nuevos colaboradores, que pueden aportar su granito de arena mediante donaciones de material o trabajo personal, siempre y cuando tengan en cuenta una serie de requisitos esenciales.

Celia Landa, Carmen San Agustín, Ana María Pérez y Nieves Martínez, colaboradoras de la rama Zaragoza-Huesca de Kimo Kap.

«El «kimo» está hecho de algodón 100%. No cabe otro material, las cabezas de los niños están delicadas en ese momento y necesitan un material que permita la transpiración. Con la elección de las telas tratamos de darle luz y alegría a la cara. Por ello solemos utilizar tres tipos de estampados: la talla pequeña, que lleva motivos infantiles, la mediana lleva motivos juveniles y la talla grande, que es hasta los 18 años, y que lleva estampados más adolescentes», detalla la delegada de Kimo-Kap Zaragoza-Huesca.

Debido a las necesidades de los menores oncológicos, en la fabricación del «kimo» deben atenderse a requisitos muy estrictos. El proceso comienza con la elección de la tela, que se corta y se lava antes de coser para que encoja. Después se cose, se desinfecta, se embolsa y se le acompaña una tarjeta de ánimo que escriben niños voluntarios de colegios del entorno. Las voluntarias de Kimo-Kap insisten en la necesidad de que la confección sea sin costuras, las dos piezas de las que se compone el pañuelo, que es reversible, van pespunteadas al canto.

Un trabajo en el que están implicadas de manera continua tanto Nieves Martínez como Ana María Pérez, Carmen San Agustín y Celia Landa, colaboradoras estables de la organización. «Yo me encargo de llevar los «kimos» al Hospital Infantil de Zaragoza, Ana y Carmen se encargan de coser, cortar… Ellas me entregan los «kimos» embolsados», apunta la fundadora de la delegación aragonesa.

Todas estas colaboradoras consolidadas de Kimo-Kap Zaragoza-Huesca han vivido en contacto con el mundo de la costura y la confección, como Nieves Martínez, que ha desarrollado labores «de todo tipo, desde los seis años que te empezaban a enseñar en el colegio. Empecé con el pañito de costura, luego los juegos de cama, el ajuar… hasta hoy que sigo cosiendo. El punto de cruz y el bordado me han gustado mucho siempre», rememora.

Carmen San Agustín, otra colaboradora estable de la asociación, es modista jubilada y Ana María Pérez, otro de los cimientos de Kimo-Kap en Aragón, siempre se ha sentido atraída por este universo. «Me gusta mucho coser, algo que me viene de mi abuela. Empecé a coser para confeccionarme yo mi propia ropa. Pero lo tenía un poco aparcado por el trabajo, aunque nunca he dejado de coser», explica.

Ambas supieron de la existencia de la asociación por internet, y pronto se unieron al proyecto. «Ha sido un recorrido vertiginoso, en muy poco tiempo la Feria Creativa de Zaragoza, un mercadillo solidario de navidad del Mercado Central, confeccionar cosas para recaudar dinero para el proyecto… aunque nos ayudado mucho, desde toda España las delegaciones de Kimo-Kap nos han mandado cosas para poder vender», asegura Ana María Pérez.

Una de las nuevas incorporaciones a la iniciativa solidaria es la de Celia Landa. «Llevo trabajando con el patchwork desde hace mucho tiempo, hago mis propios dibujos y creaciones. Si veo que alguien está pasando una mala temporada le hago un detalle de «patch»: una almohada, un monedero, un llavero… Cuando algo me llega al corazón, hago un regalo con corazón», comenta.

«Conocí Kimo-Kap en la Feria Creativa. El proyecto me llegó. Yo trabajo en un quirófano, en el Hospital Miguel Servet, allí hay que usar gorros que yo misma me hago, de colores. Y cuando viene algún paciente que está pasando una mala temporada, con quimoterapia… si les gusta mi gorro se lo regalo. Así que cuando vi el proyecto de Kimo-Kap me di cuenta de que era lo que estaba buscando», concluye Celia Landa.

Voluntarias de Kimo Kap en su stand de la Feria Creativa Zaragoza 2017.

Además de estas colaboraciones estables, Kimo-Kap ha contado con el apoyo de otras personas, como Loli García, que han resultado especialmente significativas para sus miembros. «En la Feria Creativa estuvo mañana y tarde, fue un apoyo muy importante para nosotras. Colaboró y nos dio mucha compañía y ayuda», recuerda con cariño Nieves Martínez, quien también reseña la importancia de otras colaboradoras, como Ely, de Binéfar, que tuvo un papel importante en los primeros momentos de la delegación.

Kimo-Kap nació en Madrid en el año 2014. La idea partió de la iniciativa de una de las integrantes de la asociación, que trabaja como voluntaria con niños oncológicos en hospitales de la capital española, durante una mañana de primavera.

«En el mes de Marzo tuvimos una semana con temperaturas deliciosas. Ella llegó al trabajo tempranito por la mañana; en la sala aún había calefacción, y de uno en uno los niños iban llegando para pasar sus consultas, tratamientos, etc. Empezaron a quitar sus gorros de lana, y pañuelos de tejido calentito. Allí, ante sus ojos se encontró con un grupo bastante numeroso de “pelones”. Y en ese instante ella pensó: “aquí estamos casi al principio de la primavera….y mis niños se parecen a mariposas en una de sus fases de desarrollo”. Y se le ocurrió la idea: “habrá que ayudarles en esta etapa de su transformación, haciéndoles unos gorros graciosos, alegres, animados y divertidos”. Y así es como nació la idea de Kimo-Kap. Decidimos hacerles reversibles, porque uno de los chicos de 7 años dijo que el lado de color liso era perfecto para las mañanas “lisas”. Y tal como iba pasando el día, se podría cambiar al lado colorido y alegre para mostrar a todo el mundo que se encontraba mejor», relatan en el blog de Kimo Kap España.

Actualmente hay delegaciones de la asociación en todas las comunidades autónomas. Existen dos vías de colaboración con Kimo-Kap: las donaciones y la confección. En el primero de los casos, la asociación requiere, para el desarrollo de su actividad solidaria, de telas 100% algodón de colores lisos y estampados alegres, bobinas de hilo especiales para máquina de coser, bolsas de plástico transparentes y material para imprimir tarjetas y carteles.

La segunda forma de colaboración con el proyecto sería en forma de trabajo, tanto en la confección de los «kimos» como mediante el cortado de la tela con los patrones que están en el blog de la asociación a disposición de las personas que deseen participar de esta iniciativa.

Kimo-Kap Zaragoza-Huesca lleva dos años y medio de andadura, pero ya ha conseguido atraer a numerosos colaboradores, como la asociación de mujeres y colegios de San Mateo de Gállego, el ayuntamiento de Cuarte de Huerva, la Feria Creativa, La Artesanica, María Pilar del blog Taller de Sueños de Arish, el blog Las Marujadas de Peluchona y particulares procedentes de todos los rincones de la península.

Una suerte de escuderos que, con la mejor de las energías, cabalgan junto a los pequeños caballeros en la más dura de las batallas.

 

Si te ha gustado esta entrada, puede suscribirte aquí para no perderte ninguna de mis actualizaciones ¡Felices labores!

Siguiente artículo Martina en el País de las Hadas (XIX)
Artículo previo Martina en el País de las Hadas (XVIII)

Related posts