Lara Sajen, cantante, actriz y concursante de Maestros de la Costura - La Voz de las Costureras
EntrevistasMaestros de la Costura

Lara Sajen, cantante, actriz y concursante de Maestros de la Costura

«Donde haya una máquina vintage no hay moderna que sea más bonita»

Fotos: RTVE

La cantante y actriz argentina Lara Sajen encontró en la costura un vehículo de expresión necesario en su tránsito a la vida deseada. Y en su paso por Maestros de la Costura experimentó la liberación de hacerla pública. La polifacética artista quedó a un paso de la final sin dejar a nadie indiferente. Admiradora de los diseñadores María Escoté, John Galiano y su amigo, el tristemente fallecido David Delfín, a Lara le gustaría desarrollar su propia colección. Una línea que, de alguna manera, comenzó a gestarse cuando, a sus diez años, comenzó a diseñar ropitas para unas muñecas que le eran negadas. Muchos han sido los pasos que han ido construyendo la trayectoria y el carácter de esta argentina que llegó a España hace quince años con una máquina de coser como todo equipaje. Un camino difícil para llegar a un puerto que merece la pena, ya que, según manifiesta, «amo mi vida y soy una privilegiada de poder hacer todo aquello que se me pasa por la cabeza».

LA VOZ DE LAS COSTURERAS: Muchas personas que cosen lo hacen motivadas por una historia familiar bonita, como el recuerdo de una abuela que pasaba horas con el traqueteo de la máquina de coser, o de una madre que esperaba a la noche, cuando los niños dormían, para hacer los arreglos de la ropa de la familia. ¿Qué recuerdo te llevó a empezar a coser?

LARA SAJEN: El primer recuerdo que se me viene a la cabeza es vestir aquella muñeca vieja que encontré en un cubo de basura (claro está, que no me regalaban muñecas) y le hice varios modelitos hasta que mi padre la vio y fue a parar al tejado de la casa. Luego empecé a coser, o más bien a intentarlo, a los diez años. Mi madre es una mujer totalmente desastrosa para coser, dicho por ella, aunque es la mejor, ya solo por el simple hecho de darme libertad para expresarme y por recoger aquella muñeca del tejado. Pero a lo que iba, a los diez años moría por actuar en los actos de fin de curso y, como no había dinero ni mañas de confección de mi madre, y tenía prohibido levantar la mano cuando la profesora pedía voluntarios para actuar, opté por levantar siempre la mano y apañarme para mis disfraces. Hubo muchas burlas y risas de mis compañeros, pero yo era feliz actuando y desde ahí siempre me hice mis cosas apañándome y dejándome llevar por algún tejido, hasta que existió internet y podías ver tutoriales.

Lara abraza a su amiga Isabel. Foto: RTVE

L.V.C.: ¿Quién te enseñó a coser?

L.S.: A los 18 trabajé para un musical en Argentina. El director tenía una escuela de diseño de moda, vio las ganas que tenía de aprender y me dio una beca. Solo pude disfrutarla un par de meses, ya que él falleció y en la escuela no pudieron seguir ofreciéndome la beca. Así que dejé de aprender, porque no me podía permitir pagar los estudios.

L.V.C.: Por lo que se desprende de tu paso por el programa, para la ti la costura ha sido un vehículo de expresión, de liberación, una pasión que acompañó a todo tu proceso hasta llegar a vivir la vida deseada.

L.S.: Totalmente, fue pura expresión, ya que con una cortina o sábana me hacía mis vestidos a escondidas. Empecé uniendo con nudos y alfileres, lo que tiempo después fue reemplazado por mi primera máquina de coser, que mi madre me regaló a los 18 años. Bueno, ahora que recuerdo, antes de tener la máquina cosía todo a mano… ¡¡¡QUÉ PACIENCIA!!! Pero tan mona que salía, tan orgullosa con mis diseños (que alguna vez, ya puesta, se descosía).

L.V.C.: Comentaste en algún momento del programa que estabas en proceso de creación de una línea de lencería gracias a la cual mujeres transexuales se sintieran más cómodas. ¿Te gustaría lanzar una línea de lencería especializada en las necesidades de la mujer transexual?

L.S.: La verdad es que diseñaba y confeccionaba para una empresa que ya existe: TRANSLINGERIE (https://translingerie.com/), y me dediqué más a los bikinis para niñas transexuales. Verlas cuando venían a por uno, acompañadas de sus padres, me llenaba el alma.

En un momento del programa, ante los jueces. Foto: RTVE

L.V.C.: Eres una artista polifacética: has bailado con Fangoria, has participado en TV, teatro… ¿qué disciplina te gustaría desarrollar en este momento?

L.S.: Para mí, cualquiera de las cosas que has mencionado las siento una expresión de arte, y adoro el arte. Yo me apunto a lo que sea, porque todo lo que hice y hago es que me fascina. Es verdad que me encantaría sacar una colección, pero soy realista y sé que hace falta mucho dinero, montar una empresa y hacer una producción, vamos que no es soplar y hacer una botella, pero me encantaría. Te soy sincera y si alguien me contrata para diseño o confección para cualquier taller ya soy feliz, y si me sale algún tipo de reality o colaboraciones en televisión, lo mismo… Amo mi vida y soy una privilegiada de poder hacer todo aquello que se me pasa por la cabeza.

L.V.C.: Respecto a tu paso por Fangoria, en una entrevista que te realizó la revista `Mujer Hoy´ comentabas que hubo un momento de particular emoción en un concierto que realizasteis en el estadio Vicente Calderón. ¿Las emociones vividas en Maestros de la Costura han superado ese momento, o son sensaciones distintas?

L.S.: Primero, son sensaciones distintas en momentos muy distintos, el de Fangoria fue hace quince años, casi recién llegada de Argentina, y era mucha información para mí. En Maestros de la Costura, el primer día que entré al taller y vi mi mesa de trabajo, con ese biombo con fotos de mis familiares, fue increíble. No me creía estar allí, me parecía algo surrealista y cada prenda que confeccionaba era un paso más y una emoción más a mi vida.

L.V.C.: Recuerdo un momento en el programa, en una prueba de equipo, en el que la obra de David Delfín era la protagonista. En ese momento manifestaste un sentimiento de responsabilidad, un deseo por hacer bien el trabajo en honor al que fue tu amigo. ¿Cómo viviste esta prueba? ¿Hubo alguna otra prueba que vivieras con especial emoción?

L.S.: La viví con mucha emoción y se venían mil recuerdos a mi cabeza, sentía que tenía la oportunidad de rendirle un homenaje y quería que fuese bien, ya me había olvidado de que si me iba o no a expulsión. Solo quería que fuese la mejor prenda y que se plasmara la esencia de David Delfín. Esa fue una, la otra fue la confección de aquel dos piezas color azul, jamás había contado mi transexualidad en público, y esa prueba me llevo a recorrer un camino en cada puntada, volvía a mi mente aquel niño de cinco años a quien le imponían un color y una forma de vestir que no le representaba y que ahora es feliz de ser la persona en la que se ha convertido, o sea Lara Sajen.

Lara en una de las pruebas. Foto: RTVE

L.V.C.: En el último programa tuvisteis que lidiar con máquinas de coser históricas. ¿Has vuelto a probar la máquina a pedal o es un “amor” imposible?

L.S.: Soy muy ansiosa a la hora de coser, me viene una idea a la cabeza y la quiero ya, hasta tal punto que me salto el patrón, directamente a cortar la tela y coser, ¿qué digo con esto? Que la maquina antigua me desquicia ja ja ja ja es muy lenta y soy más de la moderna, eso sí, donde haya una máquina vintage no hay moderna que sea más bonita.

L.V.C.: ¿Con qué te quedas de tu paso por el programa? ¿Qué aprendizajes técnicos y personales te llevas?

L.S.: TECNICO: aprendí que puedo interpretar un patrón, sé elegir un tejido… mi mente es más abierta a la hora de ver moda.

PERSONALES: me di cuenta de que tengo más paciencia de la que pensaba. Convivir con once personas totalmente diferentes a mí es un logro. También me di cuenta de que aún hay mucho por cambiar en este mundo. Aún hay prejuicios y estando en el siglo XXI queda mucho por abrir mentes. Y, por último y no menos importante, me llevo a una super amiga con la cual, día sí y día no, seguimos horas al teléfono, y es mi querida ISABEL.

L.V.C.: ¿Qué te gustaría transmitir sobre ti, sobre tu estilo o tus proyectos?

L.S.: Seguiré luchando por mis sueños y seguiré dando voz a todas esas personas que me han agradecido por visibilizar cosas que lamentablemente siguen pasando. Proyectos tengo miles en mi cabeza y espero que alguno se haga realidad, que por ideas y ganas no faltan. Mientras tanto seguiré con mis actuaciones en directo, llevando mi música allí donde me llamen y por grabar una canción nueva para este verano, que ya toca y que mis seguidores me piden mucho… ¡y ser feliz, que es el pilar de la vida!

Siguiente artículo `Quilts con diseños espectaculares´, de Editorial El Drac
Artículo previo Kombucha, la moda que nace del té

Related posts