Le Damos la Vuelta capta voluntarios que confeccionan prendas infantiles
Entrevistas

Le Damos la Vuelta capta voluntarias para confeccionar prendas infantiles artesanas

Todo niño merece una abuela que le teja sus primeros patucos. Y gracias a Le Damos la Vuelta, muchos niños ya lo tienen garantizado. Manos solidarias y anónimas tejen y confeccionan a diario prendas que distribuye esta empresa de inserción, dedicada a la venta de artículos infantiles de segunda mano. Ropa, juguetes y todo aquello que configura el universo infantil, siempre a precios asequibles para que puedan acceder a ellos familias con dificultades económicas.

Esta idea, encontrar gente que done ropa confeccionada ex profeso para la venta en la tienda zaragozana, surgió del hecho de que el 60% de la ropa de bebé de que se adquiere en Le Damos la Vuelta tiene como destino el regalo.

«Hace cuatro años si alguien hacía un regalo de segunda mano para un bebé tenía que estar muy concienciado, tanto la persona que lo regalaba como la familia que lo recibía. Por eso empezamos a valorar la necesidad de artículos de primera mano, nuevos. Pero en el concepto del negocio eso no encajaba. Por eso pensamos en la artesanía», explica María José Martín, directora del proyecto.

Una vez planteada la idea se lanzaron a la búsqueda de personas solidarias que quisieran coser o tejer prendas infantiles para donar. «Encontramos un montón de gente», recuerda.

De entre esas personas solidarias que acudieron prestas a la llamada, María José recuerda a una con especial cariño. «Uno de los casos más bonitos que tenemos es el de una señora de Pamplona», apunta. Una colaboradora que llegó a Le Damos la Vuelta de la mano de una hermana teresiana, congregación colaboradora con el proyecto.

«Una hermana Teresiana que estaba en Pamplona, coincidió en el autobús con una señora que estaba muy desanimada. Se pusieron a hablar y la hermana, en el afán de animarla, le comentó que podría dedicarse a algo que le gustara mucho. La señora le contestó que siempre le había gustado hacer cosas de bebés, pero que ahora no las quería nadie. La hermana le habló de Le Damos la Vuelta y desde ese día no nos han faltado cositas de bebés elaboradas por ella», relata Maria José.

El caso de la colaboradora pamplonica ilustra los de las muchas personas que terminan enamoradas del proyecto. Tanto que donan artículos muy preciados para ellas, como hizo una antigua costurera de Ríos, tienda de artículos para bebés. «Cuando empezamos con todo esto ella nos donó los vestiditos que había hecho para su hija. Con estos vestidos se han bautizado a nietas de las administradoras de Le Damos la Vuelta, han vuelto a la tienda y se han vuelto a vender», comenta la directora del proyecto.

Y es que la definición de la palabra valor adquiere tintes únicos una vez que una persona entra en la rueda solidaria de esta empresa de inserción sociolaboral. «Esos vestidos tuvieron una vida con la niña que los usó, después estuvieron un tiempo en un cajón, y como ya no los iban a usar en su familia, vinieron a la familia de Le Damos La Vuelta», explica María José. «Todas estas prendas tienen mucha historia, tienen más vida porque alguien las usó antes», apunta.

De hecho, tanto a las prendas de primera mano, confeccionadas de forma solidaria, como a las de segunda mano, fruto de donaciones, se les aplica un precio simbólico en la tienda. «Tratamos que el precio de venta esté ajustado a las economías más bajas. Ese es el objetivo, que una persona con unos recursos económicos limitados pueda tener este tipo de artículos», argumenta la directora del proyecto.

Tal es espíritu que llevó a la fundación del proyecto. La idea de Le Damos la Vuelta surgió gracias a la experiencia como voluntarias de base de Cáritas de dos de sus fundadoras, Elena Lomba y Mari Carmen Ferrero. «Llevaban muchos años trabajando en Cáritas y se dieron cuenta de que había muchas mujeres, sobre todo inmigrantes, que solicitaban cosas para el bebé. También se daban cuenta de que la integración total viene a través del trabajo, de la posibilidad de ganarte un sueldo», explica María José.

«Entonces empezaron a pensar en cómo darle forma a su idea. Nos fuimos incorporando más gente, junto con Carmen Dalmau y Pilar Peleato, las otras dos fundadoras del proyecto», recuerda. Entre todas diseñaron la tienda como una empresa de inserción sociolaboral. Para ello necesitaban una asociación sin ánimo de lucro que la respaldara, y consiguieron ese apoyo en Confer, la Confederación de Religiosos y Religiosas de Aragón. De esta manera, Lar-Betania, una asociación de diferentes congregaciones religiosas, asumió este proyecto, junto con el de unas casas de acogida, como proyecto intercongregacional.

Por esta razón, Le Damos la Vuelta se define como «un proyecto social sin ánimo de lucro, un grupo de personas que apostamos por la generación de empleo, el desarrollo sostenible, el consumo responsable, y la integración de las personas con dificultades de inserción socio laboral. Recibimos todo aquello que tú quieras compartir: ropa, juguetes, cochecitos, cunas y todo lo relacionado con el mundo infantil. Después de una puesta a punto, lo ponemos a la venta en nuestra tienda, junto con otros artículos de artesanía y artículos de primera mano», explican en la web del proyecto.

Una iniciativa con la que se comprometen e identifican aquellos que la descubren. Y que enamora a sus trabajadores. «Yo soy una privilegiada por poder estar aquí, por todas las personas del equipo que me han rodeado… tienes la posibilidad de conocer un montón de gente, gente que es vida», asevera emocionada María José.

Personas solidarias que se acercan a Le Damos la Vuelta con ánimo de colaborar, como es el caso de un hombre jubilado que ha donado juguetes artesanales fabricados por él. O como la madre de Isabel, persona vinculada al proyecto, que confeccionó faldones que se vendieron en las tiendas el pasado verano.

Unos voluntarios que nunca son demasiados. Actualmente al proyecto le vendría como anillo al dedo la afluencia de personas que confeccionaran baberos, arrullos, capitas de baño o vestidos de bebé. O que se lanzaran a coser en la tienda situada en la calle Carmen con la nueva máquina de coser que han recibido como donación.

«En su día lo hicimos también aquí en las Fuentes. Elena trajo su máquina, cogimos material, y una chica que tenia muchas ganas de aprender a coser estuvo un tiempo haciendo arrullitos y otras cosas de bebé. Estuvimos un tiempo haciendo fundas para el capazo. Hacíamos fundas para la silla de paseo en un algodón muy bueno, les poníamos ribetes diferentes, las vendimos todas», comenta Maria José.

Lo cierto es que toda forma de compromiso es bien recibida en Le Damos la Vuelta. Ya sea mediante la donación como de la confección, los beneficiarios últimos de esta iniciativa, los niños, contarán con aquello que necesiten para su desarrollo. Gracias a este proyecto iluminado con la fuerza de la solidaridad todos ellos recibirán el cariño que queda impregnado en cada prenda que almas anónimas y generosas no dudan en tejer para ellos.

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