Lorenalis y Cía., complementos textiles sostenibles de la Sierra de Huelva para el mundo
Foto: Lorenalis y Cía (https://www.lorenalisycia.com/).
La búsqueda de una forma de vida cercana a la naturaleza llevó a Lorena, trabajadora social argentina, y Juan, biólogo barcelonés, a fundar Lorenalis y Cía., una marca de moda sostenible que lleva siete años abriéndose paso en el terreno artesano y digital. Bolsos, mochilas y bandoleras elaboradas de manera artesana y con materiales sostenibles, desde la Sierra de Huelva para el mundo.
«Nuestro emprendimiento es familiar, medioambiental y sostenible de principio a fin, tanto metafóricamente (por nuestras vidas), como por la marca», resume Lorena Lis, parte esencial del equipo de Lorenalis y Cía. Una argentina procedente de los alrededores de la ciudad de Buenos Aires que actualmente reside con su «equipo familiar», como ella lo denomina, en la ecoaldea de El Calabacino, en la Sierra de Huelva. Desde allí diseña y confecciona sus complementos textiles, elaborados con algodón producido de manera local y unas máquinas de coser tradicionales a las que acompaña una industrial ubicada en un local alquilado donde si hay energía eléctrica. Porque todas las necesidades personales y profesionales de Lorenalis y Cía. se cubren gracias a paneles solares, conciencia y mucho trabajo.
«Creo que el cambio de la ciudad al campo o al monte fue casi inconsciente, y como cada día que estas allí te sientes tan bien y tan tranquila, al final sin darte cuenta te vas quedando y haciéndote al medio, que es difícil, pero que a cambio te da mucha calma. También hay que decirlo, es complicado porque hay mucho trabajo diario, Juan tiene dos niños y por ejemplo eso implica que todas las mañanas tengan que levantarse un poco más temprano porque tienen que bajar dos kilómetros andando hasta la carretera para coger el coche e ir a la escuela. Hay muchas actividades cotidianas, cortar leña, regar el huerto, preparar, sembrar y cuidar la tierra, cuidar de los animales (durante varios años tuvimos a la burra Lurra a nuestro cuidado y un proyecto de desarrollo local que tenía Juan para la recuperación de razas de gallinas autóctonas) y mantener la finca. Además de todo ello, cada día tenemos que ocuparnos de todas las tareas que conllevan nuestro emprendimiento: diseñar las mochilas y demás complementos textiles, realizar el patronaje, cortar y coser las piezas teniendo siempre en cuenta que la energía de nuestra casa se alimenta por medio de placas solares fotovoltáicas y fundamentalmente realizar todo este proceso teniendo principalmente como objetivo la calidad de nuestro producto final. En cuanto al proceso, en grandes rasgos vivimos a dos kilómetros de la carrera donde estacionamos con el coche. De aquí al taller todo, absolutamente todo, hay que subirlo montaña arriba a hombros o a cuestas de una burrita, la calefacción y la cocina son de leña, procedente de limpieza del bosque que nos rodea o de la limpieza del ecosistema de dehesa (encina)», explica.
Un trabajo diario que se fue instalando poco a poco en sus vidas a fuerza de querencia por la vida en la Sierra, lugar donde se conocieron. «Desde el principio a mi llegada a España conocía la aldea de El Calabacino y solía ir para allí algunas veces al año. La gente de esta aldea organizaba desde el año 1992 uno de los eventos más esperados de Sevilla: el Encuentro de Alternativas de Sevilla, una feria de carácter social y artesanía que llega a principios de la primavera con la explosión de color. En ella se desarrollan miles de propuestas para todos los públicos, circo, talleres artesanos, música, bailes, terapias y muchas propuestas de proyectos alternativos y sostenibles. En ese encuentro nos conocimos Juan y yo, cuando él ya vivía en un pueblo aledaño a El Calabacino. Juntos participamos de la organización del evento. Y a los pocos años empezamos nuestro camino juntos en la vida y en Lorenalis y Cía., dando forma a la marca para hacer bolsos y mochilas de tela hechos a mano, pero con un claro enfoque sostenible. Sumando nuestras trayectorias», recuerda.
Vida coherente y conciliación posible
En la actualidad, Lorenalis y Cía. está en plena potenciación de su venta online, plataforma en la que ofrece diversos complementos textiles como bolsos, mochilas, bandoleras o cuellos, muchos de ellos modelos fijos y muchos otros realizados de encargo por sus clientes. Cada año tratan de lanzar diseños nuevos, como la bandolera riñonera estrenada en 2018, productos que ofrecen en las ferias a las que acuden regularmente: la Feria de Artesan@ del Portal del Ángel en Barcelona; Feria de Artesanía de Madrid; Feria de Artesanía Aragonesa; Pirineos Sur; Xmas Market de Ecoembes; o las ferias de Biocultura organizadas por Vida Sana en Madrid, Barcelona o Sevilla.
Todo un trabajo que les permite llevar la vida escogida, gracias al trabajo que sale directamente de sus manos y su corazón. «Para nosotros vivir de la artesanía significa libertad para poder vivir donde vivimos, y con mucha coherencia con los valores que queremos proyectar con nuestro emprendimiento. Realmente es muy importante producir de forma ética y sostenible y queremos contribuir a hacer de éste un mundo mejor, poniendo nuestro granito de arena en la lucha contra el calentamiento global. Hacer mochilas y bolsos de tela a mano, es una forma slow de producir para consumir conscientemente. Además hemos apostado por un proyecto pequeño y familiar, hoy día la conciliación en una familia con niñ@s es muy complicada en las ciudades, mientras que la tranquilidad que nos ofrece vivir en un entorno rural facilita muchísimo el poder trabajar en nuestro taller y a la vez criar a l@s niñ@s», apunta Lorena.
Y todo con una máquina a pedal de toda la vida
Uno de los elementos que llaman la atención del proceso de trabajo de Lorenalis y Cía. es el uso de máquinas de coser a pedal, a una de las cuáles incorporaron un motor para accionarla de manera eléctrica. «Esta máquina tiene mucha historia, pero de ella conocemos solo una parte. Es una máquina de tercera generación y el legado de herencia de una nueva amiga que vivía principalmente en una furgoneta de festival en festival hasta que tuvo un hijo. Después de mucho andar por España con la máquina a cuestas, deteriorándose y sin usar, decidió hacerme un gran regalo emotivo a cambio de que le hiciéramos algunos arreglos a los cojines del casero de la casa donde vivía, y que a su perro le había dado por comer. ¡Desde ese momento se convirtió en la mejor compañera de la marca! Tenemos varias máquinas de coser: una máquina industrial que tenemos en un espacio alquilado en el pueblo de Alajar (donde si hay luz eléctrica); luego tenemos esta máquina que le hemos colocado el motor y la verdad que es una maravilla como funciona de bien; y ahora hemos heredado otra máquina de coser antigua a pedal que estamos terminando de instalarla en el salón de casa con su mesa de madera plegable incluida, ¡¡¡ una preciosidad!!!», anota.
Un algodón difícil de conseguir
La marca internacional de Lorena es una apuesta personal y profesional comprometida con el respeto por el medioambiente. Y para lograrlo han construido una estructura de producción que busca mantener una huella de carbono cero (la totalidad de gases de efecto invernadero emitidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto, según Wikipedia).
«Lo que más nos está costando es poder adquirir los tejidos de algodón en coherencia con el propósito de nuestra marca. Empezamos buscando y apoyando proyectos de algodón ecológico certificado, pero no hay en España actualmente nadie fabricando el algodón ecológico que se produce aquí mismo. Por ello, la huella de carbono que se genera en una confección con algodón ecológico cultivado, tejido y tintado en países de Asia para llevarlos y confeccionarlos en la India (por poner un ejemplo, hay más países donde se confecciona) acaba siendo incoherente con la certificación ecológica y por supuesto deja de ser sostenible (además de tener otras implicaciones sociales negativas). Por eso, estamos convencidos de que la forma en que nuestra marca puede generar un impacto positivo es contribuyendo de forma ética, social y ambiental a realizar todo el proceso de producción de forma local. Actualmente podemos estar orgullosos de tener una de las mochilas hechas con algodón producido de forma local, tejido por un proyecto de fabricación familiar y local y confeccionado por nosotros. En el resto de materiales como cremalleras, fornituras, correas, hilos, etc seleccionamos siempre los materiales que están fabricados en España, aunque no tenemos opciones de todos ellos. Como ves no se puede ser más coherente, más emocional con la marca ni más sostenible», explica.
Una marca y una forma de vida
De esta manera, Lorenalis y Cía. se plantea como una marca que refleja un modo de entender la vida y el emprendimiento. Un proyecto que nació a caballo entre Argentina y España y se instaló en una bella sierra onubense donde vivir y criar se antoja más amable. La casualidad quiso que Lorena, trabajadora social amante de la temática de derechos sociales y el trabajo manual, y Juan, biólogo y Agente de Desarrollo Rural Sostenible, se conocieran. Y que sus inquietudes y deseos tomaran forma en un proyecto personal, familiar y profesional en el que el respeto por el medio ambiente es el eje principal de sus motivaciones. Un trabajo duro como los de nuestros padres y abuelos que vuelve con fuerza en las generaciones más jóvenes para quedarse.