Martina en el País de las Hadas, episodio número 24
Martina en el País de las Hadas

Martina en el País de las Hadas (XXIV)

Martina en el País de las Hadas (XXIV)
Autor de la fotografía: http://www.viktorhanacek.com/

Las labores tienen algo hipnótico que a Nieves siempre le habían recordado al santo rosario. La monotonía de la acción mecánica, tanto del rezo como de las labores, la llevaba aun estado en el cual su mente se vaciaba de pensamientos innecesarios. El recuerdo inconsciente de las tareas y situaciones cotidianas desaparecía y a su mente llegaban pensamientos más seleccionados.

Nieves estaba tejiendo una larga hilera de puntos iguales en ganchillo. Una actividad repetitiva que le había ayudado a centrar su cabeza en un solo pensamiento: la llegada de la pubertad. Esa misma mañana la pequeña había menstruado por primera vez, pocos días después de su duodécimo cumpleaños.

Aunque la chica de montaña ya se sentía distinta desde hacía un tiempo. Notaba que sus inquietudes iban cambiando, aunque muchas otras se mantenían con la misma intensidad de la primera niñez. Se daba cuenta de que su mente era un torbellino de pensamientos y sentimientos contradictorios. Nieves era consciente de que estaba dejando atrás su etapa de niña y se estaba transformando poco a poco en una mujer.

La llegada de la menstruación le vino acompañada de su abuela. —Ya eres una mujer—, le dijo emocionada Purificación esa misma mañana. Nieves se sintió extraña, entre emocionada por el estreno de una nueva etapa de su vida y la pena por la marcha tan abrupta de la niñez.

Era un momento crucial para la pequeña, pero había sido tan rápido e inesperado que no había podido desear la presencia de su musa. Martina, la madre de Nieves, se había transformado en hada poco después de su fallecimiento. O eso creía la muchacha. El último recuerdo que tenía de la visita de un hada con el rostro de su madre databa de tres años antes, el día de su comunión.

Por eso ahora Nieves no sabía si había sido su alma de niña la que había inventado esa historia. Ahora que la infancia de la muchacha se esfumaba de pronto, esta voluntariosa chica de montaña dudaba de sus propios recuerdos.

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¡Felices labores!

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