Martina en el Pais de las Hadas episodio numero LIV
Martina en el País de las Hadas

Martina en el País de las Hadas (LIV)

Autor de la fotografía: http://www.viktorhanacek.com/

Nieves se despertó de la siesta con una sonrisa en los labios. Había soñado con su madre y con su abuela. Apenas recordaba la larga conversación que había tenido con ellas, únicamente conservaba la sensación de paz que su presencia siempre le había procurado.

La maestra del pueblo se daba cuenta de que esa sería la última visita de sus queridas hadas. Nieves ya era toda una mujer, sin miedos y tristezas infantiles, sin la inseguridad de la adolescente. Ya no temía el amor de un buen hombre con el que probablemente contraería matrimonio como era costumbre. Aunque a ella no le importara el ritual. Permitirse el lujo de amar había sido por sí mismo el paso que necesitaba para entrar en la edad adulta.

Nieves contemplaba la manta que le había llevado dos décadas terminar. El proyecto había empezado como el modo que su querida abuela Purificación había encontrado para animar a la niña tras la muerte de Martina, su madre. Por lo tanto, era una manta que contaba varias vidas. Estaba impregnada del corazón de su autora y del de sus ancestros. Narraba cómo una niña huérfana de madre había llegado a ser la adulta que había soñado.

La manta en honor a su madre por fin estaba terminada. Era caótica y hermosa, grande y cálida. Llevaba el peso de toda la familia entre sus lanas y el calor de una bonita historia que continuaba ahora con Sebastián y los hijos que con él llegaran. Nieves pensaba que su primogénita sería una niña, como había ido sucediendo en su familia por varias generaciones. Aunque tal vez era el momento de cambiar lo que siempre había sucedido en pro de un nuevo futuro. Tal vez si el primogénito de Nieves y Sebastián era un niño llegaría a ser el primer maestro que tendría la escuela en muchas generaciones.

Niño o niña, eso a la maestra le daba igual. Los hijos son personitas que llegan al mundo con necesidad de amor y guía, y lo mismo da el sexo que decida la naturaleza. Los seres humanos nacemos todos con las mismas necesidades de cuidado y afecto.

Nieves sentía que pronto experimentaría lo que su madre Martina y su abuela Purificación habían vivido antes que ella. Creía que no tardaría en ser madre, y deseaba que llegara ese momento para poder transmitir todo el saber que la familia había ido acumulando generación tras generación.

La maestra quería tejer para sus futuros hijos el saber vital que había aprendido. Quería aportar su cuadrito en la manta de sus vidas, sin olvidar todos aquellos cuadros de ganchillo que habían ido configurando el pasado, presente y futuro de la familia.

 

 

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