Almohadas solidarias para niños malagueños hospitalizados
Entrevistas

Natalia Infantes, propietaria de The Patchwork and The Cook

Almohadas solidarias que alegran la estancia de los niños malagueños hospitalizados

Fotos de la galería, de Natalia Infantes.

Más de 70 alegres almohadas han sido entregadas a los niños hospitalizados en la sección de Oncología del Hospital Materno-Infantil de Málaga, gracias al trabajo solidario de las alumnas y clientas de la tienda The Patchwork and The Cook. «La carita de los enanos al recibirlas es maravilloso…que se lleven un recuerdo bello de su paso en el hospital», afirma Natalia Infantes, propietaria del espacio, delegada en Málaga de la Asociación Española de Patchwork y creadora del proyecto.

«Soy voluntaria en Oncología del Materno-Infantil y allí mi labor es entretener a las madres, les enseño Patchwork. Mis alumnas querían ayudar porque la asociación en la que estoy, AVOI, siempre está organizando eventos para recoger fondos que son destinados para estos niños. Ellas querían colaborar con la asociación y hacerles algo a los niños, algo que las madres también pudieran hacer. Así que se me ocurrió lo de las almohadas», explica.

Los trabajos realizados son coordinados por Natalia, propietaria de The Patchwork and The Cook, una tienda atípica en la que además de venderse productos especializados se dan clases de patchwork, punto, bolillo, corte y confección, pintura, cerámica, teatro y baile. Las personas que deseen colaborar con su proyecto pueden enviar allí fundas confeccionadas, puesto que Natalia las lleva personalmente al hospital. Su dirección es The Patchwork and The Cook calle hilera nº 13, 29007, Málaga.

Las almohadas deben tener unas características particulares. «Unas medidas específicas, 35×50 centímetros. Sin botones ni cremalleras, y realizar cinco vuelos de oca en un lateral, una técnica de patch», aclara Natalia. Además de las almohadas, la red de voluntarias confecciona pelotas de tela con las que los pequeños pueden jugar.

Las alumnas y clientas las van confeccionando con materiales que ellas mismas compran, aunque también hay empresas que colaboran, como Mi Colchón, que ha personalizado una de las almohadas con el nombre de AVOI, y ha donado «todas las que hagan falta», comenta Natalia. Además, la empresa Mi Colchón dona el relleno de las fundas de almohada que cosen las voluntarias.

Tal y como adelantó la Asociación Española de Patchwork en sus redes sociales, en menos de un mes se han repartido 70 fundas realizadas por las voluntarias malagueñas. «La cantidad perdí la cuenta. Se les entrega una a cada hospitalizado de la planta 4º, a mi parecer demasiadas almohadas se han repartido. Una pena que haya tantos niños enfermos y no se encuentre ninguna cura definitiva», argumenta.

La impulsora de este proyecto es también presidenta de la Asociación Andaluza Entre Carretes e Hilos, así como propietaria de The patchwork and The Cook. «Mi tienda es relativamente un bebé .Tiene solo un año de vida pero arrastro una experiencia de 20 años en el sector», explica una experta en patchwork que lleva esta disciplina en la sangre. «Mi abuela paterna me metió casi obligada a corte y confección. Las tardes del fin de semana iba a coser el ajuar de mi tía mientras yo miraba por la ventana a las niñas jugar al elástico. Hoy en día me hubiera gustado que mi abuela viera donde estoy trabajando y que hago todo gracias a ella», comenta.

Una vida profesional cuyos efectos trascienden más allá de la practicidad. «Para mí el patchwork es una vía de escape a la vida de estrés que llevamos, es una manera de conectar con señoras con problemas personales. Mi única labor es que las dos horas que estén conmigo se lo pasen lo mejor que puedan, y se olviden por esas dos horas de todos esos problemas cotidianos», concluye.

 

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