La mercería zaragozana Novedades París cumple 50 años
Entrevistas

La mercería Novedades París cumple 50 años en el centro de Zaragoza

Buen producto, gran variedad y trato personalizado y profesional. Estas son las claves que han llevado a la mercería Novedades París a cumplir 50 años, según explica su actual propietaria, Silvia Sánchez. Una andadura que iniciaron sus padres en la calle Torre Nueva de Zaragoza y cuyo testigo ha recogido su hija.

«Mucha gente viene diciendo que si no encuentra algo aquí no lo va a encontrar en ninguna parte. Eso nos da mucha satisfacción pero nos pone el listón muy alto», apunta Sánchez. Y es que esta mercería histórica aragonesa es conocida por la variedad y cantidad de artículos que oferta.

Aunque su producto estrella desde sus comienzos han sido los botones. «No he calculado la cantidad de botones que tenemos pero puede haber al menos 10.000 modelos distintos. Mi padre en sus orígenes estuvo trabajando en una fábrica de botones, por eso siempre lesdio mucha importancia», recuerda la propietaria.

Novedades París abrió en 1966, en la misma ubicación que ocupa en la actualidad, dos años después de que Francisco Sánchez y Adela Vicario, sus propietarios originales, contrajeran matrimonio. «Abrieron una tienda muy pequeñita, tipo kiosquito. Estuvieron allí muy poco tiempo porque en seguida quisieron ampliar y meter más producto. Entonces se trasladaron al local de enfrente, donde estuvieron unos 20 años. Después volvieron al local en el que estamos ahora, donde llevamos otros 20 años», explica.

«Esto nació como mercería, como complemento para la modista. Hace 50 años había muchas modistas. Mis padres siempre se basaron en artículos como pasamanerías, botones, bordados… cuando pasaron a la segunda tienda empezaron a introducir las lanas, pero de modo testimonial por falta de espacio. En el momento en el que pasamos al local en el que estamos ahora si que empezamos a introducir más cosas nuevas», explica Silvia Sánchez.

De hecho, esa voluntad de ampliación y mejora que siempre demostraron los fundadores sigue en el ánimo de su hija. «Este año hemos introducido las telas y complemento de patchwork, vamos adaptándonos a los cambios aunque seguimos manteniendo nuestra esencia, que es la variedad de botones, bordados, cremalleras… aunque las labores están empujando mucho y por eso también trabajamos bolillos, perlés, lanas… también trabajamos mucho con la casa Prym para el tema de las mercería metálica», resume la actual propietaria.

Además del patchwork, entre las novedades que Silvia Sánchez desea introducir se encuentran las demostraciones de labores. «Posiblemente para navidad hagamos una demostración con telas de navidad de patchwork. Trataremos de hacer una demostración al mes, no solamente con el tema del patchwork, sino también por ejemplo con las tricotosas. Serán demostraciones, no cursos, para que las clientas conozcan los nuevos productos», explica.

Además de la variedad de producto y el deseo de adaptación a los gustos de los clientes, otro de los pilares del éxito de Novedades París es su relación con su clientela. «Nosotras queremos diferenciarnos en la atención al público. Las dependientas que estamos aquí llevamos todas muchos años, tenemos experiencia y tratamos de asesorar, las clientas vienen `a ver qué me das´, esa es la frase. Significa que depositan su confianza en nosotras, que piensan que somos profesionales», relata.

Esta atención personalizada y profesional ha llevado a la fidelización de su clientela prácticamente desde el comienzo del recorrido de la mercería. «Vienen señoras que conocieron a mi madre recién casada, que ahora son también abuelas, y que siguen viniendo a comprar cosas para sus hijas, para sus nietas, me preguntan por mis padres… Ya no es sólo una relación comercial, se ha llegado a una relacion casi personal. Por suerte tenemos una clientela muy fiel», comenta Silvia Sánchez.

Una fidelización que han conseguido con el trato profesional al cliente. «Aunque seas experta, a veces te gusta que te den una opinión, sobre grosor o colorido, porque te dan ideas. Nosotras estamos aquí todos los días, son muchas las vivencias que tenemos, las clientas nos cuentan también qué les ha dado mejor o peor resultado. No es sólo lo que sepamos nosotras de labores, sino que también absorbemos lo que las clientas nos cuentan. Eso luego lo devuelves en profesionalidad hacia el resto de la clientela», argumenta.

«La idea es que, si los tiempos nos dejan, que están cada vez más difíciles, seguir manteniendo esa atención personalizada. Las señoras demandan asesoramiento, y mientras pueda iremos manteniendo ese estilo«, avanza Silvia Sánchez.

La clientela de Novedades París ha sido muy fiel a lo largo del tiempo, aunque lo cierto es que sus necesidades han cambiado. «Las labores antes eran una necesidad y ahora son ocio», apunta, al tiempo que recuerda que las costumbres de sus clientas también se han transformado. «Antes las señoras venían con su abrigo recién comprado a cambiar el juego de botones, y así diferenciaban la prenda. Eso se ha perdido. Las cosas van cambiando«, explica.

Las costumbres cambian, pero el trato y forma de trabajo de sus dependientas se mantiene fiel al espíritu original. «Yo soy la segunda generación, soy la hija. Mis padres fueron los artífices de todo esto, yo he tomado el testigo y he seguido su línea«, comenta. De esta forma, en la mercería se sigue trabajando con muestrarios, debido a que la gran variedad y cantidad de producto impide su exhibición en mostrador.

«Todo lo tenemos en muestrarios. Si me piden botón negro, voy a sacar el muestrario dónde están sólo los botones negros. Hay ocasiones en las que alguien viene con una tela y entonces nosotras sacamos lo que hay para esa tela en función de la gama. En ese sentido lo tenemos todo muy organizado, no solamente los botones, también las puntillas, las pasamanerías, bordados, puntillas de bolillo…», apunta Silvia Sánchez.

«Abarcamos todo, lo único que no teníamos era patchwork y lo hemos introducido esta primavera. Hemos tratado de buscar algo selecto, algo que no tenga todo el mundo, por eso nos estrenamos en el patchwork con las telas Gütermann, la colección ring a roses, aunque posteriormente hemos introducido más marcas», anota.

Esa amplia gama de producto que oferta Novedades París complica el montaje de otra de sus señas de identidad, el escaparate. «Mi padre siempre decía que el escaparate es una gran dependienta. Ahora que soy la encargada del escaparate, me doy cuenta de su importancia. Por ejemplo, cuando lo cambio, hay veces que se para la gente a mirarlo, sin tenerlo terminado», explica la propietaria. «Lo que tiene la mercería es que tenemos mucho producto y muy pequeño», explica, razón por la cual mostrar el abanico de productos resulta complicado.

El escaparate de Novedades París habla de su historia, de su larga trayectoria y de su deseo de adaptación a los nuevos tiempos. Una mercería que prácticamente ilumina sola Torre Nueva, un pequeña y ajetreada calle zaragozana que la vio nacer y que confía que la siga alumbrando por muchos años.

 

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