Mi primer premio literario, una gran alegría creativa
Arriba, el tweet ganador descansa sobre un ejemplar de mi libro Martina en el País de las Hadas.
¡Estoy emocionada! He quedado en primera posición en el Primer Certamen Internacional de Micropoemas Vías Literarias de Barrios de Letras. De esta manera, mi poema junto con el de los otros nueve galardonados, formarán parte del “Libro Único”, disponible en tres puntos literarios madrileños.
Obra premiada:
“Sonrisa hueca de la soledad,
lágrimas secas que brotan de la senda errada.
Parálisis de un corazón secuestrado por la razón,
de un alma libre que se apresa voluntariamente.
Qué difícil es caminar libre”
El concurso está organizado por el movimiento Vías Literarias de Barrios de Letras, impulsado por el escritor Fernando Cotta. Una iniciativa que pretende llevar la literatura al lugar donde se reúnen los lectores: bares, cafeterías y restaurantes. Una manera de volver al origen, de buscar difusión y visibilidad de autores noveles fuera del ámbito de las redes sociales. Una forma de ver, oler y tocar la literatura en un entorno lúdico y social.
El premio del Primer Certamen Internacional de Micropoemas Vías Literarias de Barrios de Letras es la inclusión de las obras premiadas en el llamado “Libro Único”, un ejemplar que, como su nombre indica, puede disfrutarse únicamente en tres locales: El Rana Verde, Café Hábitat y el Hotel Jardín de Aranjuez.
Desde aquí me gustaría agradecer a todos los integrantes de Barrios de Letras por estar ahí, con esta idea tan atractiva que, como les comenté vía twitter, tiene el romanticismo de los antiguos fanzines, la elegancia de la literatura y el encanto de la socialización en los bares.
Muchos son los concursos literarios a los que me he presentado a lo largo de mi vida y este es el primero en el que resulto galardonada. Hará como veinte años que lo vengo intentando. Ahora tengo 41 años, un compañero maravilloso, un hijo que es un regalo de los dioses y proyectos que me ilusionan. Este premio es una alegría adicional en una senda de la que estoy tremendamente agradecida. No puedo pedirle más a la vida.