«Crear prendas es una forma de expresar todo lo que ronda por mi cabeza»
Fotos: RTVE.
Una tela demasiado recia echó a la aprendiz Saray de Maestros de la Costura, pero esta concursante onubense de 28 años tiene aún mucho que contar. Ya que, aunque solamente lleva cuatro años en el universo de la costura, ya ha confeccionado un traje de flamenca para su hermana pequeña bajo la inspiración de su principal referente, la diseñadora Vicky Martín Berrocal. Devota de la virgen del Rocío, Saray se considera «muy andaluza, muy flamenca», un sentir que le encantaría exportar a todo el planeta. Ya que, según confesó en el programa, uno de sus sueños sería «vestir de a Kim Kardasian de flamenca».
La concursante ha sido la tercera persona en abandonar el programa de RTVE Maestros de la Costura. Un show al que acudió atraída por la posibilidad de llevar su necesidad de creación a otro nivel. «Desde pequeña siempre me gustaba crear. Siempre estaba liada con algo entre manos: haciendo manualidades, dibujando o haciendo vestidos a las `Barbies´ con globos de látex…. Hasta que un día estaba con mi abuela viendo una novela, como cada tarde, y empezó a enseñarme a coser con una aguja, hilo y un trozo de paño de la cocina. Cuando empecé ¡me encantó! Sentí que cosiendo, tal y como me había enseñado mi abuela, podía seguir creando, pero de otra manera diferente, a lo que yo ya hacía. Así que, como ya sabía manejar la aguja, hacía flores de tela y las ponía en mis cintillos o en mi ropa», explica.
Saray descubrió su querencia por la costura hace apenas cuatro años, en esas tardes en compañía de su abuela. Una afición reciente en ella que, sin embargo, ya ha dado frutos de envergadura, como el traje de flamenca que elaboró para su hermana pequeña, uno de sus primeros diseños. «Lo hice sin idea de patronaje, me metí en YouTube y me fui fijando cómo hacer un patrón. Cuando lo terminé fue como una explosión para mí, me sentí súper realizada y pensé que eso era lo que quería hacer el resto de mi vida. Así que me apunté a algunas clases de corte y confección, que se impartían en una mercería, donde me enseñaron un poco de patronaje», apunta.
La costura, una forma de expresión
Una revelación que la llevó directa a Maestros de la Costura, y que para ella va más allá del trabajo manual. Ya que, según anota la aprendiz, «para mí, crear prendas es una forma de expresar todo lo que ronda por mi cabeza. Siempre estoy pensando en qué hacer y cómo hacerlo. Suelo tener muchas ideas y la necesidad de estar liada con algo, porque sino me siento totalmente vacía».
Y es que tener la capacidad de diseñar y confeccionar algo útil y bello con tus propias manos es una sensación difícil de explicar. «La costura me gusta, pero… ¡diseñar me apasiona muchísimo! Creo que es mi punto fuerte es diseñar. En las valoraciones de ‘Maestros de la Costura’, el jurado decía que me faltaba técnica pero que tenía mucha imaginación y eso, para mí, era bastante positivo, ya que es mi prioridad», comenta.
Una falta de técnica que le jugó una mala pasada en la prueba en la que Saray resultó expulsada. La concursante escogió una tela que se atascó en la máquina de coser, y, ante la tesitura de perder un tiempo precioso en su reparación, decidió terminar a mano el bolso que debía confeccionar. «Si la máquina no se hubiese atascado, hubiese hecho un bolso monísimo. Pero no me dio tiempo terminarlo… Si me hubiese parado a arreglarla, como me dice mucha gente, seguramente hubiese perdido mucho más tiempo. Por eso decidí coser el bolso a mano», recuerda la aprendiz.
Seguidora incondicional de Vicky Martín Berrocal
Saray se declaró «muy flamenca y muy andaluza» desde el primer programa de Maestros de la Costura, una esencia que plasmó en las tres galas en las que llegó a participar. Una creatividad alumbrada por el sol de la tierra que la vio nacer y que tiene como referente a la diseñadora Vicky Martín Berrocal. «Para mí es un ejemplo que seguir. Llevo siguiéndola desde muy pequeña, porque siempre me atraía de ella esos trajes de novia tan espectaculares con colas llenas de volantes y encajes, los veía y soñaba con ponerme alguno de ellos algún día. Me encanta su estilo, su forma de diseñar tan andaluza y vistosa a la vez. En resumen, me encanta ella», comenta.
Un gusto por la alegría y el color que comparte con María Escoté, otra de las diseñadoras que Saray admiraba antes de entrar en el programa como concursante. «A María Escoté llevo siguiéndola unos años, me empezó a llamar mucho la atención por sus ‘chándals’ con volantes. ¡Me pareció una descripción de mi personalidad muy acertada! ¡Me sentí superidentificada!».
Moda flamenca y taller propio
El paso de Saray por Maestros de la Costura le ha reportado, como todo en la vida, experiencias de todo signo que le han ayudado a ver su pasión con otra perspectiva. «Mi paso por el programa ha sido muy positivo, ya que he aprendido técnica con el consejo de los jueces y, sobre todo, he aprendido mucho de mí misma. La experiencia no ha sido solo profesional, también me he conocido muchísimo más. He aprendido a mantener la calma en algunos momentos y, lo más importante, he aprendido a valorar los consejos de mi familia, ya que los echaba mucho en falta cuando no los tenía. Gracias a mi paso por el programa me ha ayudado a valorarme más profesionalmente y a tener la seguridad de querer dedicarme a este sector el resto de mi vida», valora.
Desde su salida, la concursante está trabajando en sus proyectos, como la apertura de su propio taller, y la creación de una línea de moda flamenca y de bebé. «En mi taller darán clases de todo tipo: de corte y confección, patchwork y punto. No espero ni ser famosa ni ser nada del otro mundo, solo aspiro a vivir de ello y tener mi sueldecillo todos los meses», comenta una aprendiz que ha sacado mucho provecho personal de la experiencia. Una vivencia por la cual se muestra agradecida. «Gracias a todos los que me apoyan después de mi expulsión, gracias a todas esas personas que me dan palabras de motivación, gracias a ellas sigo adelante con más fuerza», concluye.